Hace un tiempo que voy hablando por X (el Twitter para los clásicos)
acerca de lo complicado que se está haciendo este primer trimestre. Sé que no he dado muchos detalles, pues también se tratan de cosas personales que de poco sirve comentarlas en según qué sitios. Para eso están los mejores amigos, tu pareja, tu familia y, si todo eso falla, el psicólogo.
Como digo, hace ya más de un año que vengo debatiéndome con este problema en mayor o menor medida y ahora, después de tanto tiempo, el resultado ha llegado hasta mi puerta.
Por su culpa he escrito mi mejor libro hasta el momento
(
Una estrella en el horizonte),
he aprendido mucho sobre mí mismo, he entendido algunas cosas de mi entorno y he conseguido ver la vida desde un ángulo algo diferente.
Ha sido un viaje largo, muy tortuoso y, en muchas ocasiones he dudado de mis actos, pero aquí estoy…
Si todo va bien, en estos momentos estaré volando hacia una nueva ciudad, hacia un nuevo país, hacia una nueva aventura y, creo que por primera vez, hacia un camino poco definido y con muchas posibilidades. Y aquí estoy, yo, que soy una mente cuadriculada y un ser lógico por naturaleza lanzándome a esta aventura sin saber si realmente funcionará o estoy cometiendo el peor error de mi vida.
¿O el peor error sería el no intentarlo?
Porque uno no tiene que envejecer teniendo una espina clavada de cómo podría haber sido su vida si hubiera tomado un camino que en un principio le daba tanto miedo que le impedía avanzar. Ha sido gracias a Akion, quien dio el primer paso, que yo pude seguirle (así como otros libros, consejos, charlas y vídeos).
No sé qué me espera al final; sólo sé que por ahora tengo que aprender un idioma. Dejo una vida atrás para comenzar otra. En la maleta llevo todo lo necesario, aunque ahí no está todo lo importante; pues muchas cosas se han quedado en mi hogar, en mi islita.
Y no hablo de objetos, si no de familia y amigos, esas personas que siempre han estado ahí y de las que ahora he tenido que despedirme, al menos, por un tiempo. Decisiones así no se toman todos los días, y menos mal, porque es lo más duro que he tenido que hacer nunca.
Seguramente esta nueva aventura me cause más de algún retraso a la hora de publicar el nuevo libro, aunque intentaré darle la máxima caña posible, así como a la hora de seguir mostrando mis obras y aportando alguna que otra cosilla a los lectores. Ya sobreviví a la publicación de
La sombra de los Elegidos, donde pedía días de vacaciones para poder escribir algunas horas e ir avanzando la historia. Así que activaremos de nuevo las alarmas, entraremos en alerta máxima y nos prepararemos para el combate en las trincheras.
No pienso ceder ni un centímetro de terreno, tenedlo claro.
Aun así, tampoco tengo claro si podré seguir el ritmo de un post semanal en el blog. Intentaré que sí, al menos para seguir nutriendo de contenido la web y ver si, con el tiempo, esto llega a servir para algo más que para vaciar mi cabeza.
Pero bueno, tampoco es necesario ponerse tan negativo. Creo que pronto podré ir arreglando las cosas y podremos hablar y comentar las cosas más tranquilamente. Igualmente, seguro que iré subiendo cositas por mis redes sociales, así que no os olvidéis de seguirlas. Haré todo lo posible para seguir informando desde el otro lado del mundo y, sobre todo, mostrando mis historias.
Dicho todo esto, deseadme suerte y nos vemos pronto.